En algún lugar de la vía Villao-Bogotá, 03 de febrero de 2013. 11 pm.
Un aire frío despertó a Marcela cuando dormía en el asiento de atrás del carro de Steven. Él y Yamila se habían bajado para comer algo en un sencillo restaurante junto a una gasolinera de regreso de los Llanos orientales.
Marcela (somnolienta): «¿¿¿Qué haces ahí en el baúl???»
Yamila (emocionada -y un poco preocupada-): «Acabo de recoger una perrita».
Marcela, mirándonos: «Es verdad… Ay, tan tierna… Uy mírala, está asustada…» –y ya reparando completamente en mí alumbrada tenuemente por las luces de la vía- «Pero… ¡¡¡Que perra más fea!!!».
Pese a que en ese momento yo era un saco de huesos deforme, lleno de mugre, pulgas y garrapatas, de manera que poco se podía decir para rebatir esa afirmación, la chica dijo acariciándome la cabeza cariñosa:
« No, no es fea… Es «Linda»»
Y así comenzó esta gran historia de amor…
El mundo a 4 patas 
Que interesante y hermosa historia
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Muchas gracias Alba… Se trata del principio de una gran aventura y una bonita amistad que -creo-, te puede hacer pasar muy buenos ratos 🙂 ¡Un abrazo!
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Que belleza… casi en el mismo estado encontre a mi perrita, solo q ella solo tenia 3 meses y pues no la atropellaron ni nada, aun asi estaba desnutrida, anémica, llena de parasitos, y una mirada muy triste. Gracias a Dios mi pingüina se recuperó y ahora anda sana, fuerte y mordelona… gracias por compartir la historia, me recuerda que nuestros valores no están tan jodidos como pensamos
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¡Qué bueno! 🙂 ¿Cómo se llama tu pingüina?
Nuestra historia tuvo todavía muchas más emociones fuertes… ¡Esto no ha hecho más que comenzar! 😀
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Que bonito, lo mismo paso pero con mi gatica 🙂
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Cuente! Cuente 🙂
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Hace como 2 o 3 semanas encontré una historia con su papá, soy amante de los animales y justo hablaron de las glándulas paránales y esta información fue muy útil cuando dos días después sacamos a Rocco nuestro perro a dar su primer paseo en carro (rescatado de la calle hace aproximadamente 5 meses), no lo esperaba pero se tiró del carro en una autopista, afortunadamente lo pudimos coger de nuevo sin ningún daño, pero al subirlo al carro el olor era muy desagradable, pero ya sabía por qué?….. Ahora cuando veo una historia de Linda quiero leerla y hoy decidí empezar a buscar todas sus historias, pues esto parece un gran libro y me tiene muy motivada y me transporta a cada historia.
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Nos alegramos mucho de que la personalización del carro de mi papá -que a él la verdad no acabó de gustarle- sirva para que otros entiendan el motivo de que sus perritos dejen ese rastro personal en las tapicerías. ¡Y sobre todo para ahorrarles el susto de muerte que se llevó mi mamá pensando que estaba podrida!
Un lametón para ti y otro para Rocco, mi compañero ¡que se ve que tiene carácter! 😛
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Conmovedor relato! Linda, mereces tooodo el amor del mundo!
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Muchas gracias Ana… Y ¡bienvenida!
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Así inicia tu libro? Maravilloso abrebocas …
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Sí, Lina, así inicia más o menos… ¡Tienes un gran ojo literario! 😀 😛
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Eres la más Linda de todos. .. al igual que todos los rescataditos. Te amo con todo mi corazón de rescatista, Y tu mami es un gran ejemplo a seguir. Besos de mis gaticos rescatados.
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Querida Haidy,
muchas gracias por escribirme unas palabras tan bellas. Mi mamá y yo les mandamos muchos saludos a ti y a los compañeros gatunos y yo les mando también un gran lametón de bienvenida a mi página y a mi perra vida! 😉 😀 😛
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Linda!!! La historia de mi perrita Lola Panchita es un poco parecida a la tuya. La recogi de las calles de Bogotá, la habían atropellado y todos seguían su camino como si nada hubiera pasado. La recogí, hicimos una «perroton» con mis amigos y la mandamos a operar de una patita fracturada. Era también un saco de pulgas, desnutrida y parecida a una hiena según un amigo mío decía.
De eso ya hace 7 años y ahora es mi hermosa y peluda hija.
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Queridas María y Panchita,
veo que, por cosas del destino, somos primas ¡Son muy bienvenidas por acá y mi mamá y yo les envíamos muchos abrazos llenos de pelos amarillos en la ropa y lametones! 😀 😉 😛
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