Como saben, en los dos últimos años, y puede decirse que «gracias» a mi atropello, pasé de ser una perra confinada a vivir en tres metros cuadrados de mi gasolinera natal -que recibía, por parte de aquellos que pasaban, un huesito de pollo, una patada, o la más fría indiferencia-; a viajar por medio mundo como embajadora de los perros criollos a este y al otro lado del océano.

Desde que nos conocemos escribí sobre mi recuperación, nuestra vida cotidiana, y sobre mis aventuras. En el día de hoy quiero tratar un tema bien peliagudo y que, estoy segura, hace meses que muchos de ustedes estaban esperando: cómo hacer posible su deseo de viajar con sus humanos.

Con objeto de socializar nuestros aprendizajes en este tiempo y animarles a dar el paso, en primicia y exclusiva, la primera perra bloguera del planeta tierra les cuenta los trucos, consejos y herramientas a tener en cuenta en esta empresa.

Antes del viaje:

El equipaje

Nuestra maleta es incomparablemente más sencilla que la de un humano pero, sin embargo, existen algunos basics sin los cuales el viaje puede complicarse bastante.

No necesitamos traje de baño, ni gafas de sol; tampoco abrigo, ni bloqueador solar, pero sí un impermeable. Comprado en boutique para perros o improvisado con una bolsa de basura con agujeros, esta prenda es fundamental por varios motivos:

En primer lugar para no congelarte si tienes que viajar empapado durante largo tiempo. Además porque chorreando agua y con el olor que nos caracteriza mojados no hay bus, carro u hotel donde te reciban. Y, porque si permanecemos así mucho tiempo podemos coger hongos. De ahí al importancia del segundo elemento de la maleta: una toalla vieja.

Además puedes llevar una de esas botellas con bebedero de las que comienzan a encontrarse en tiendas de animales. Esto no es fundamental, ya que pueden darte agua y comida incluso en una bolsa de plástico pero, a partir de nuestra experiencia, por el bien del planeta y de la espalda de tu bípedo, lo recomendamos:

Ventaja 1: puedes compartir botella con él, si no es muy escrupuloso, dado que la superficie de la que bebe cada uno es diferente.

Ventaja 2: no tiene que desechar todo el agua que no te has bebido, dado que esas botellas permiten dosificar la cantidad a medida que se vacía el dispensador a lengüetazos.

Si eres un perro criollo -una de esas razas únicas que, a su vez, se encuentran por todas partes-, conviene hacerte con un distintivo bien grande para señalizar que tienes un humano detrás dispuesto a campar por tus derechos.

En mi caso en repetidas ocasiones intentaron sacarme a escobazos a mi paso frente a algunas tienditas en la costa o al acercarme a oler el género en el mercado. Recientemente en Villa de Leyva la señora que traía la comida de mis papás me dio una patada cuando estaba hecha un ovillo a sus pies para sacarme de debajo de la mesa.

A la vista de que ni llevar una placa del tamaño de un barril de San Bernardo (proporcionalmente) funciona…

… Para este viaje mi mamá optó por tomarse en serio el asunto hasta este punto:

En cuanto al neceser:

Mi mamá siempre lleva un peine chiquito para quitarme los pegotes de barro. Un aspecto aseado facilita mucho el acceso a transportes y hoteles. Así me ahorra además el trauma del baño. Y los hongos… La toalla vieja ayuda, pero con mi espléndido pelaje necesitaría cargar con cinco toallas grandes para quedar bien seca y su espalda no da para tanto.

Si eres aficionado a las revolcadas, como era mi caso hasta que me bañó en un río gélido haciendo el Camino de Santiago, necesitarás, además, un poquito de champú para perro.

Te cuento, por si no lo sabías, que nuestra piel tiene un PH distinto al de tus papás: 7 vs. 5.5, por lo que el Pantene, por mucho que piensen que te dejará suave y sedoso, lo que hará es producirte tremenda rasquiña, además de caspa. En ese caso, si tienes mala suerte pueden caer en la tentación de echarte Head&Shoulders… Entonces lo único que podré hacer por ti será santiguarme y encender una velita a Santa Rita para pedir que no te salga dermatitis.

En caso de emergencia te pueden bañar con jabón Lagarto -en España- o Rey -en Colombia-, que se usa para lavar la ropa. Y si no tienen más remedio que utilizar Pantene tampoco pasa nada… Por una vez.

Botiquín:

Si vas a un lugar cálido y húmedo es FUNDAMENTAL que te pongan una pipeta antipulgas, antigarrapatas y antimosquitos el día antes del viaje (e ir cambiando de marca cada mes, para evitar resistencias). Se trata de una droga que se pone sobre nuestro pelaje y en un plazo de 24 horas se filtra a nuestro torrente sanguíneo. También es recomendable que te pongan uno de esos collares antipulgas y garrapatas tan sexys con los que salgo en las fotos. Y si quieres extremar las precauciones, recomiendo que engullas una de esas pepas que venden en veterinarias -por ejemplo, Bravecto-. Es una mamera que te agarren el hocico y te la incrusten en la garganta, pero te protege por tres meses de nuestras peores plagas:

Las pulgas son molestas, sobre todo para los bípedos. Si observan alguna correr por tu pelaje pueden darte una pastilla de Capstar, un medicamento que se encuentra en Colombia que mata las pulgas adultas en diez minutos. Y luego hay que ponerte la pipeta. El Capstar es muy recomendable también cuando recoges un perro de la calle, antes de meterlo en tu casa, para evitar tener una plaga en la casa y acabar contratando los servicios de un fumigador profesional.

Las garrapatas transmiten, entre otras cosas, erliquia y babesia, dos parásitos en la sangre de los que soy portadora de los tiempos de la gasolinera. Ambos son incurables -aunque pueden mantenerse a raya con antibióticos-, y pueden acabar con tu vida, como estuvo a punto de pasarme hace un par de meses (aquí).

Los mosquitos pueden transmitir otras enfermedades, como la leishmaniasis, muy grave, y muy extendida en la península ibérica y zonas selváticas dentro de Colombia. No vayan a caer en la cándida idea de mi mamá de que es imposible que nos piquen con tanto pelo… ¡Esas bestias tienen una trompa más larga que la mía!

La pipeta dura, dicen, un mes. No obstante en zonas de riesgo hay que extremar la precaución a los 15 días. El collar dura aproximadamente 6 meses si vives -o viajas- por un lugar frío o templado. En tierra caliente, que hace mucho más efecto, conviene cambiarlo cada 3 meses (y limpiarlo frecuentemente con un paño húmedo, ya que, con la grasa de nuestro pelo, deja de funcionar).

El efecto de la pipeta es que las garrapatas sienten la piel muy caliente, por lo que lo único que alcanzan a hacer es bailar flamenco con sus ocho patas sobre nosotros… Hasta que baja el efecto del medicamento -o encuentran una zona de piel con poco riego-, y muerden. En ese caso, si tienes la pipeta puesta hace poco, es probable que se suiciden, pero incluso así, al entrar en contacto con tu sangre, pueden transmitirte la enfermedad o reactivártela.

Por eso, igual de FUNDAMENTAL que la pipeta, es que tu papá o tu mamá, tus abuelos, o todos a la vez, te hagan un “examen garrapático” cada vez que vuelvas del campo.

Un examen infalible tiene que cubrir sus zonas favoritas: la piel entre los dedos de las cuatro patas, la zona de las axilas, dentro de las orejas y alrededor de los ojos. Ese punto negro al borde del ojo no es un lunar nuevo, ni siquiera un pegote de barro… ¡Puede ser tu peor enemigo!

A la vista de la gravedad de una picadura en mi caso mi mamá se encuentra a la búsqueda de un método infalible para no que se me suban esas bestias:

Si tienes la pipeta puesta, pero no tus calcetines especiales, tus bípedos las encontrarán entre tu pelaje (parecen arañas), y las pueden quitar fácilmente ya que, a diferencia de las pulgas, son bastante tranquilas. Si la bestia ya está adherida entonces toca que miren las 800.000 páginas de internet con información al respecto que resumo en dos ladridos: pinzas y arrancar el bicho lo más pegado a la piel posible.

En ese caso, si un día te encuentran alicaíd@ sin explicación aparente, toca que te hagan una prueba de hemoparásitos para descartar que te hayas convertido en una víctima de vampiro más.

Por último, yo les digo siempre a mis amigos que les pidan a sus papás por Navidad una placa con sus datos -o, incluso, un microchip, aunque en Colombia no es especialmente útil, ya que ni siquiera en muchos refugios de perros tienen lector-. Siendo la perra con el “tumbao” más sexy del parque, no hay día que no nos siga un admirador, mientras su papá habla por teléfono, teniendo que regresar hasta él para que lo coja y poder proseguir la marcha… A menudo nos encontramos perros vagando sin identificación. Y si, es cierto que generalmente no pasa nada, pero el día que pasa tenemos una familia destrozada y un perro callejero más.

Yo se muy bien lo que es eso, créanme, y no se lo deseo ni a quien me atropelló, ni a los que me vieron morirme de hambre a la intemperie durante meses, ni al inventor de la manguera…

… Ni siquiera a mi veterinario.