Una historia de amor

Mens sana in corpore sano

Mi mama es profesora de leyes y, por tanto, a menudo emplea aforismo latinos que, sin embargo, no se circunscriben a su trabajo sino que se plasman, a menudo, también en el ámbito familiar. En concreto, el que da título a esta entrada preside nuestra vida diaria desde los tiempos en los que, debido a la reciente fractura de mis patas por el atropello de un carro en mi gasolinera natal, yo no quería caminar.

Entonces ella me cogía en brazos –como estaba desnutrida, sólo pesaba 11 kilos- para botarme delante de la puerta de la casa. Así iniciamos progresivamente nuestros paseos cuya duración inicial no alcanzaba el minuto y ahora incluyen carreras, escalada, giros de 360° sobre mí misma en pleno juego, lucha sobre las patas traseras, y caminatas de más de veinte kilómetros al día durante semanas, como cuando estuve en España de peregrinación a Santiago de Compostela.

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En nuestros paseos urbanos, entrenamos todas las habilidades necesarias para mantenernos tan ágiles, fuertes, inteligentes y bonitas como nos ven en las fotos.

Mis deportes favoritos son el yoga -favorecido por el hecho de tener una pierna separada de la cadera-.

Linda colita

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Y las carreras.

El hecho de pese a no ser anatómicamente la perra más aerodimánica del planeta -dado que mi pata suelta revela un ligero movimiento oscilante cuando corro, por lo que ofrece cierta resistencia al viento-, la velocidad que alcanzo es superior a la de la luz de manera que ese detalle apenas resulta apreciable para el ojo humano.

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Mi mamá se decanta por la puntería, igual que Guillermo Tell. Hasta ahora sólo había acertado a darle a flores exóticas que crecen en los árboles de mi país pero hoy…

Hoy en nuestro paseo matutino, apunta, dispara y… ¡Estoy impresionada con la mejora de sus habilidades!

Nunca le había pegado a un blanco en movimiento. Solo algunas palomas habían salido volando al caer el palo pesadamente a su lado… Pero en esta ocasión éste –un ejemplar particularmente apto para el juego, pues su gran tamaño le permite recorrer largas distancias- pega de lleno en la espalda de un paseante que se encuentra cruzando el parque a muchos metros de nosotras.

-¡Perdón!, ¡perdón!- grita, roja como un tomate, sin saber dónde esconderse, ya que el árbol más próximo se encuentra a varias zancadas de distancia.

En ese momento yo, para demostrarle a ella, a todos los paseantes y a mí misma, que no me quedo atrás, salto sobre el mismo transeúnte -que recibe su segundo susto de muerte de la mañana- apoyando ambas patas en su espalda para coger el palo al vuelo.

Tremendo equipo que formamos mi mamá y yo. Si seguimos así acabaremos representando a Colombia y España en las Olimpiadas.

13 comentarios sobre “Mens sana in corpore sano

    1. Estás de suerte que a mi mamá no le importa que se rían de ella. Si no el siguiente que nos ayudaría a entrenar para las Olimpiadas con el palo en la espalda seguido de mi triple salto mortal en el aire seguro eras tú 😉 😛

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  1. Eres hermosa Linda, hace poco he comenzado a seguirte y te cuento que he pasado horas leyendo una y otra vez tus aventuras y contándole a mi esposo y amigas de las mismas.
    Tu mama es un amor!!! ojala existieran mas como ella y por supuesto como tu…
    No dejes de escribir, después de un largo día no hay nada mejor que leer tus historias y acompañarte con mi imaginación en tus viajes.

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    1. Hola Liliana,

      ¡qué bueno que nos encontraste y que te gusta leerme! Yo estoy encantada de tener amigos como tú por acá. En cuanto a nosotras pienso seguir dictándole a mi mamá nuestras aventuras ya que, aparte de divertirnos mucho, nos parece que puede ser nuestro granito de arena para concienciar de la situación de los perritos criollos a la par que demostrar eso de que si se quiere… ¡Se puede!

      Te mando un gran lametón de bienvenida 😛

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  2. jajajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja pobre transeúnte tremendo susto debió llevarse, no con el palo, sino con tu increíble fuerza y peso dándole por la espalda. ¿qué reacción tuvo la víctima? ¿se enojo? entendió? ¿lo llenaste a lametazos?

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    1. Pues Isa, te cuento que el señor levantó ambos brazos como diciendo -¡Madre mía, que pasa hoy aquí!- y puso pies en polvorosa, supongo que intentando salir de su papel de diana de nuestros entrenamientos.

      Desde entonces mi mamá siempre busca una zona absolutamente desierta para ensayar sus lanzamientos… 😉

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    1. Bueno, Trufa, te cuento que es pura cuestión de entrenamiento… Y algo de suerte, para qué lo vamos a negar 😉

      Pero ¿Qué no requiere de algo de suerte en esta vida?

      Dile que no se desanime, que siga intentando, que el día menos pensado se le cruza el paseante adecuado… 😀

      ¡Un lamentón para ambas! 😛

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    1. Si, mi mamá tiene poderes de superheroína -visión de infrarrojos, ojos en la nuca, sabe cuando me revolqué en un popó y encontrar el camino en cualquier circunstancia-, aunque nadie lo diría al verla. Imagínate si tiene poderes que me sacó de mis tres metros cuadrados de la gasolinera con las patas rotas y acabamos recorriendo el Camino de Santiago juntas…

      Gracias por tu confianza. ¡Si nos ganamos el oro te invitaremos en primera fila a nuestra rueda de prensa! 😀

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  3. Gusto en conocerte Linda, aunque haya sido por la triste noticia de tu papá biológico. Yo también fuí rescatada en diciembre pasado de una estación de transmilenio y mis padres también son abogados (como que son buena gente, no?)

    Un cariñoso lametón, esperando poder conocerte pronto!

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    1. ¡Hola Pecas!

      Te llamas igual que mi antigua compañera de piso ¿sabes? Espero que tengas un poco más de modales que ella, que tuvimos que cambiarnos de casa ante la eventualidad de quedarnos sin bienes materiales en este mundo.

      Qué bueno que tus papás te recogieran del Transmilenio, debes estar acostumbrada a los decibelios si viviste mucho tiempo allá. Sí deben ser muy buena gente :), aunque ¡no sé si eso sea conditio sine qua non para que les den el título de abogado! 😉

      Te mando lametones a donde quiera que vivas en Bogotá en estos momentos.

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