Una historia de amor · Yo fui a colegio de monjas ¿y tú?

Bogotá Humana

A quien le arrojan palos, ya sea para jugar o para que me aleje del lugar ipso facto -como me ocurrió con unos trabajadores de la bien llamada Bogotá Humana (porque muy perrunos, la verdad, no fueron)-, generalmente es a mí.

Por eso mi mamá no sale de su asombro con lo que le ocurrió durante nuestro paseo de hoy:

Nos dirigíamos al parque cuando, con su visión de 360 grados, detectó un sujeto no identificado en mitad de la vía. Se trataba de uno de los muchos bípedos callejeros que -junto con los cuadrúpedos callejeros-, pueblan las calles de Bogotá: algunos se perdieron, otros se escaparon de sus casas o los botaron dizque «por necios» y otros muchos simplemente nacieron allí.

El señor se encontraba haciendo malabares con palos para sacarse unas monedas con las que echarse algo al hocico. Debido a mi inclinación por el escándalo, mi mamá le dedicó una sonrisa rápida para, a continuación, cruzar la calle sin quitarme el ojo de encima ya que, conociéndome, bien podría arrojarme sobre sus herramientas de trabajo… o sobre su pantorrilla. Para desespero de mi mamá, mi instinto de protección frente a sujetos con la cara llena de mugre sigue intacto desde los tiempos de la gasolinera.

En esas circunstancias no me quedó otra que desfilar por el paso de cebra como una auténtica dama, con mi nariz telescópica orientada al frente, las costillas oscilando hacia la izquierda y la pata suelta haciendo elegantes giros hacia la derecha.

Beatles, Abbey Road, Londres
Beatles, Abbey Road, Londres
Linda Guacharaca, Park Way, Bogotá
Linda Guacharaca, Park Way, Bogotá

Y entonces, cuando ya nuestras almohadillas habían alcanzado el pasto, uno de los palos aterrizó sobre su espalda con tal contundencia que le llevó a sospechar que se lo habían lanzado a la cabeza.

Se volteó a mirar.

-¡Sí! ¡Fui yo! ¡¡¡Hijueputa!!! ¡Estoy intentando ganarme la vida sin robar, marica!- le espetó el malabarista agitando amenazadoramente un puño y el resto de los palos a, cada vez, menos metros de distancia.

Evidentemente en ese instante entré en acción…

… Cuando una pesada rama cayó a escasos centímetros de mí, mi mamá sopesó seriamente la posibilidad de arrojarle mi popó a la cabeza: pero entre que la puntería –como la orientación y la conservación de celulares- no es su fuerte, y que iba envuelto en una bolsa, por lo que se perdía gran parte de la gracia, se limitó a recomendarle, con toda la calma que pudo, que se buscara otra estrategia para ganar plata.

Definitivamente, a la vista de los talentos que nos rodean, organizaremos a la brevedad unas Olimpiadas de tiro al blanco en el Park Way:

¿Te apuntas?

Tomas falsas

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10 comentarios sobre “Bogotá Humana

    1. Querida Liliana,

      yo creo que el señor tenía un mal día: seguramente había pasado frío en la noche, de pronto no había encontrada nada rico en las basuras en días, ni había sacado muchas monedas, y ninguna de las dos miramos su espectáculo de malabares (cada una por razones diferentes). En cualquier caso me alegro de que con nuestros cuatro pares de colmillos le mostráramos que andar lanzándole palos a las damas de dos y cuatro patas, no es la mejor idea.

      Mi mamá te manda un fuerte abrazo y yo un lametón de solidaridad femenina 😀 😛

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  1. Hola linda…hermosa tu foto..Lorenza también es fanática de los beatles..quedaste preciosa en esa foto cual beatle perruno..no es extraño el comportamiento de seres que tienen comportamientos tan cavernícolas… Solo le pediria tu Mami que por favor no te lleve suelta…me aterra que te pierdas o te ocurra algo.. Recuerda que estamos en locombia no en Suiza..Lorenza se preocupa mucho por ti!! Abrazos a tu Mami y lenguetazos a ti linda hermosa!

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    1. Queridas Mary y Lorenza,

      precisamente voy suelta porque estamos en Locombia… 🙂 En Suiza nos pondrían una multa apenas pusiéramos la pata en la calle. De hecho no tengo correa y paso meses sin ver una, aunque cuando voy a Europa sí me toca usarla. Ello tiene que ver con la particular idiosincrasia de mi mamá, el vínculo que tenemos y con lo que aprendí con ella: evidentemente pasamos muchos meses de convivencia en los cuales mi mamá me enseño su idioma antes de dar el paso pero, a día de hoy, mi comportamiento cívico -así como mi comprensión del español- es superior a la de muchos bípedos. Me detengo en el andén antes de cruzar, siempre espero instrucciones de mi mamá para hacerlo, olfateo la basura sin comer nada, cuando veo un grupo de perros la espero para pasar juntas, me giro cada pocos pasos para asegurarme de dónde está y ella está igualmente pendiente de mí (además mis placas hacen ruido, por lo que me sigue acústicamente en todo momento), cuando vamos a un restaurante permanezco debajo de la mesa y la espero a la puerta de los comercios sin mover una pestaña. Por todo ello soy la admiración de los transeúntes que se preguntan cómo es posible que un perro tenga tanto juicio. Incluso muchos la abordan por la calle para preguntarle: ¿¿¿cómo hizo eso???

      Por otra parte, además del microchip, llevo una placa con todos los datos necesarios, que es algo que deberíamos llevar todos (algún día escribiré sobre ello), por si acaso.

      Como mi mamá dice, la vida no es lugar seguro: viajamos, vivimos, salimos, entramos, respiramos. Siempre existe el riesgo de que pase algo, no podemos prever todas las circunstancias; solo queda poner los medios que consideremos necesarios para que todo vaya bien y… Confiar en la vida :D.

      Les mandamos un abrazo grande y un tremendo lametón en la nariz a cada una 😛 😛

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      1. Hola lindura..quise decir que no estamos en Suiza por la cantidad.de des adaptados que hay en locombia! Ejemplo de ello son esos energúmenos que se chocaron con ustedes… Afortunadamente no todos los colombianos son así..también existen seres bondadosos! Lore te choca las garritas lindurita!! Y a tu Mami mi admiración ..escribe lindo!!

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  2. Mi Linda, que tristeza saber que muchas personas no respetan a su prójimo, en especial a las damas de 2 y 4 patas. Afortunadamente no pasó a mayores y tu mami y tú están bien.

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