Mientras el decagenario conocido, hace escasas semanas, como “El karma de Monguí” se recupera de la indolencia humana en una exclusiva clínica del norte de la capital colombiana, su rescatista -la escritora, productora cinematográfica, actriz y modelo Linda Guacharaca- revela, en multitudinaria rueda de prensa a orillas Mediterráneo, todo lo que siempre quisiste saber y nunca te atreviste a preguntar sobre este nuevo escalofriante caso de supervivencia animal.

Jorge Valbuena (Washington Dog)

¡Muchas gracias por interrumpir tus persecuciones de conejos para recibirnos de nuevo, Linda!

Comienzo con la pregunta que, sin duda, cruzó la mente de todos los lectores y televidentes en Colombia y el mundo entero a medida que se fueron filtrando las imágenes de Monguí:

¿¿¿Quién es su peluquero???

Linda Guacharaca

En realidad el peinado es obra de una peluquera llamada Malassezia, que es un hongo que todos tenemos en el pelaje. La hipótesis de mi Hada veterinaria es que, debido a una dermatitis alérgica generada por picadura de pulga, Monguí se rascó hasta el punto de hacerse una herida a través de la cual se produjo la infección que, para el momento en que mi mamá y yo pusimos las patas en su pueblo, tenía una evolución de años. En su estado crónico actual, su peinado se conoce como Levurosis.

Tatiana Manrique (Set Jet)

Las malas lenguas hablan de que su look, tan original, fue creación de la popular peluquera Sarna y que, por tanto, existía el riesgo de que todos los perros, los niños del pueblo, e incluso tú misma o Daddy Yankee acabaran imitando su estilo ¿Qué hay de cierto en estos rumores?

Linda Guacharaca

Efectivamente, la pestilencia de la piel, las calvas, el exceso de sebo, las zonas rosáceas y la rasquiña recordaban al estilo, más extendido, de Sarna pero, en realidad, se trata de una creación personal de Malassezia para Monguí, que muy pocos son capaces de imitar.

María Catalina Villalba (Diario Tu País)

En tus primeras declaraciones comentabas que su parte médico prometía ser incluso, más largo que el tuyo, lo que resulta, ciertamente, difícil de imaginar ¿Qué sabemos del estado de salud de este superviviente?

Linda Guacharaca

Como bien dices, mi parte médico es insuperable.

Contra todo pronóstico -debido a su aspecto y a los detalles que hemos ido dando a conocer de su intensa biografía- lo único que Monguí tiene son años, a lo que se une una extrema carencia de proteínas: la única carne que se echó al hocico hasta que mi mamá le dio mis salchichas delante de las cámaras fueron, probablemente, las hamburguesas que le regaló mi amiga y fan Angélica en Semana Santa. Por lo demás, la hinchazón de sus orejas, que obstruía por completo el canal auditivo, se debe a una infección supurante que está siendo tratada con un potente antibiótico. Mi equipo médico espera que remita por completo en las próximas dos semanas y pueda, por fin, enterarse de que se llama “Mongui”.

Darío Parra (Diario El Esperrador)

Querida Linda, dices que tu compañero escudero tiene es “años”: ¿a cuántos asciende, exactamente, la suma?

Linda Guacharaca

Igual que en mi caso y en el del resto escuderos que viven o vivieron en las calles, resulta imposible determinarlo con claridad ya que, o no comemos nada por días, conservando nuestros dientes intactos; o bien comemos huesos, maderas o, incluso, piedras -si el hambre aprieta demasiado-, que acaban con ellos antes de lo normal. Inicialmente pensaron que debía rondar los doce. Sin embargo, las caricias, los baños medicados y el Pro Plan de salmón parecen obrar sobre él un “efecto colágeno”, hasta el punto de que la nueva estimación es ocho a diez años. Por lo demás cada día está más alegre y juguetón, por lo que podríamos encontrarnos ante el segundo caso de rejuvenecimiento inverso del planeta. El primero fue Benjamin Button a quien hicieron, incluso, una película, como esperamos que sea también el caso de Monguí.

John Esteban Uribe (Revista Mens Sana in Corpore Sano)

¿Para cuándo se espera que abandone su estética de huargo de “El señor de los Anillos” para peinarse como corresponde a un respetable perro de su edad?

Linda Guacharaca

En los pocos ladridos que alcanzamos a intercambiar a la puerta de la panadería me confesó que la saga marcó su juventud. Sin embargo, una vez que mi mamá se reunía con nosotros, no paraba bolas más que a la bolsa que colgaba de su muñeca, por lo que no profundizamos en la cuestión. Mi hada veterinaria estima que a nuestro regreso lo encontraremos hecho un “casi príncipe” y que podría estar cubierto de pelo, casi al completo, en unos cuatro meses.

Helen Glose (The New York Bones)

Su mamá consiguió un equipo de rescate e hizo un largo viaje hasta el departamento de Boyacá en un solo día para ir a recogerlo tras convertirse, ella misma, en otro karma para las autoridades del pueblo con sus veladas advertencias. Supongo que tendría un plan muy concreto acerca de qué pasaría, una vez en la capital, con su protegido.

Linda Guacharaca

Ciertamente no, incluso aunque varias de las personas con las que habló para conseguir un carro le preguntaron directamente qué pensaba hacer con él. Mi mamá se comporta en ocasiones como una auténtica perra. Se deja guiar por su instinto y actúa.

Gracias a ello estoy hoy aquí.

Geraldine Batista (Revista Hola, Caracola)

¿Dónde está hoy el monguiseño más famoso de la historia y cómo es un día cualquiera en su nueva vida?

Linda Guacharaca

En estos momentos se encuentra en una clínica veterinaria en el norte de la capital.

En cuanto a su día a día: en la mañana lo dejan en un pedacito de pasto, con un palo de laurel que le da sombra y en el que puede estirar las patas y hacer sus necesidades, hasta la noche. Se deja bañar, los días que le toca, muy juicioso. Cada día está más peludo, tierno y feliz, y solo saca su antiguo genio cuando no le dan toda la comida que quiere. Al parecer pide, con el mismo ansia que lo hacía en su pueblo, varias veces al día, de modo que ya casi acabó el saco de Pro Plan salmón de cuarenta libras que le dejamos, junto con sus medicamentos, antes de venirnos, y que debía durarle dos meses. Por suerte mi fan y amiga Angélica nos está echando una patita con la parte económica igual que otras de mis fans están saliendo con él a pasear y ayudándonos con productos que necesita.

Alfredo Villalobos (Las3Orillas)

Y ¿cuándo tiempo se prevé que se mantenga esta situación?

Linda Guacharaca

Su ingreso no se debe tanto a la gravedad de sus lesiones como al hecho de que mi mamá y yo salíamos del país a los dos días de nuestro regreso de Boyacá y no tuvimos mucho margen para buscar otra solución. En realidad Monguí no está hospitalizado, está en guardería; por lo que podría abandonar la clínica en cualquier momento, siempre y cuando tomara su spa medicado una vez por semana.

Benoit Beurriot (Le Monde automatique)

Y… ¿una vez en Bogotá? ¿Cuáles son sus planes?

Linda Guacharaca

Doña Quijote quería llevarlo a nuestra casa.

Por mi parte, aguantarme a un abuelo metiendo el hocico en el clóset de mi mamá… se me erizaba el cogote sólo de pensarlo. Mi plan era mostrarle mi pavorosa dentadura cada vez que se acercara a mi agua, mi comida, mi cama o a nuestra pieza… Hasta que mi mamá me regañara y yo me ganara un Óscar por la mejor cara de “pobre de mí” de la historia.

Sin embargo, parece que mi cita con la Academia tendrá que esperar: la consulta a mi Hada veterinaria para asegurarnos de que todo está en orden con las posibles visitas caninas a Monguí, reveló que los perros con defensas bajas sí podríamos vernos influenciados por su estética. En mi caso -que ya repitieron unos exámenes hace dos años porque el veterinario no podía creer lo que veía, y que recientemente volví a escuchar «son los peores exámenes con los que me encontré en más de treinta años de carrera ¡Esta perra no tiene defensas! Es muy preocupante»-, la convivencia estrecha se encuentra contraindicada.

Marta Morales (GRRRRCN Televisión)

Oooops, Linda, lo lamento mucho. Nos hubiera encantado verte vestida de largo sobre la alfombra roja… Pero estamos seguros de que habrá otra ocasión ¿Tienen entonces idea acerca de cuál será el futuro de Monguí a medio y largo plazo?

Linda Guacharaca

A estas alturas de su vida, el objetivo es que esté lo más relajado y feliz posible.

Hasta ayer, lo único claro era que mi mamá quería conocerlo mejor antes de tomar cualquier decisión. Ahora ella está en shock por lo que parece una broma del destino: sacar un perro de la calle y no poder meterlo en casa, ni siquiera como hogar de paso… Por suerte ella nunca dura mucho en ese estado.

De ser una sombra, Monguí pasó a ser una realidad de carne, corazón y hueso que se encuentra en Bogotá a la espera de un futuro; un futuro para el que, con este giro de los acontecimientos, se impone comenzar a buscar alternativas desde ya. Por eso aprovecho la presencia de las cámaras y los micrófonos para hacer el siguiente llamado: ¡si sientes el impulso irrefrenable de convertirte en la nueva dama o el nuevo caballero del insigne ex-karma de Monguí contando, si deseas, con nuestra ayuda, estaremos honradas de sellar una alianza entre nuestras familias!

Harriet Hidalgo (Clí-max, NTN24 internacional)

Linda, aunque la pregunta ya no proceda, seguro que muchos bípedos y cuadrúpedos se mueren de ganas por saber… ¿Hubieras podido imaginártelo como hermanito?

Linda Guacharaca

Mmmmmmmmm…. Por una parte no hubiéramos podido viajar lugares lejanos y exóticos, ya que en los aviones sólo permiten un perro por pasajero, y sería más fácil dar con el Santo Grial que con un busetero, taxista o moto-taxista que nos llevara a los tres. Por otra parte sería muy chévere tener con quien perseguir gatos y matar de un infarto a quien se acerque al morral de mi mamá, siempre y cuando él tampoco hubiera tenido permiso para subirse a su cama, aunque no tenga incontinencia (todavía).

Mi deseo es que, una vez se haya recuperado por completo, podamos tener una fraternal relación de primos en la que podamos visitarnos y compartir salchichas.

John Jairo Peláez (Noticias Karacol)

Antes hablaste de perseguir gatos… Linda ¿puedo tomarme la licencia de concluir la entrevista con una pregunta algo más perronal?

Linda Guacharaca

Desde que no me pidas que te cuente dónde escondí el último hueso de la paella, no hay problema.

John Jairo

¿Por qué insistes en correr tras conejos, patos, gatos e iguanas, si jamás has logrado alcanzar a ninguno?

Linda

La esperanza es lo último que se pierde…

John Jairo

¿En serio?

Linda

No, lo último que pierde un perro de la calle, igual que un tigre, una gallina o un marrano, son las ganas de vivir. Incluso sin defensas en la sangre. En mi caso aumentan, además, al escuchar la risa de mi mamá al verme correr tras ellos con la pata suelta al viento.

Bibiana Alarcón (RRPP Casa de Nariño)

Muchas gracias por su tiempo, señora Guacharaca ¡Que pase unas “lindas” vacaciones! ¿Cuáles son sus planes hasta su regreso a Colombia?

Linda Guacharaca

Tomarme un merecido descanso de las emociones de las últimas semanas en la finca, defendiendo a mis abuelitos, mientras mi mamá aprovecha la patita que le dan conmigo para viajar por un par de semanas por la costa norte de España con Milady, mi hermana de dos ruedas.

Bibiana

¿Pasarán, entonces, un tiempo separadas?

Linda

Un tiempo corto en el que estaremos recargando baterías hasta nuestro regreso a Bogotá con nuevas y espeluznantes aventuras.

Bibiana

¿Puede anticiparnos algo?

Linda

Para entonces esperamos poder mostrarles, en primicia y exclusiva, la nueva imagen del ex-karma de Monguí con rastas, quizás en su nueva residencia, y también poder darles las primeras noticias sobre el libro más esperado del año.

Muchas gracias por su fidelidad, su cariño, y por sus rascadas de panza.

¡Desde el campo de naranjos de mis abuelitos les mando un gran lametón!