Mi primera acampada… ¡Chispas!
-Y… ¿Habrá fogata?- pregunta él, mirando al infinito. -Si, claro- contesta ella ensoñada, imaginando las llamas reflejándose en sus ojos, acurrucados, uno junto al otro, en el frío del páramo. -Pues yo no puedo… ¡Me da asma!-.